Un recurso completo para médicos, odontólogos y veterinarios que buscan entender e implementar la ozonoterapia con una base científica sólida y la tecnología más precisa.
Fig. 1: El ozono ayuda a reactivar al sistema inmunológico.
La ozonoterapia es un acto médico que consiste en la administración de una mezcla precisa de ozono medicinal (O₃) y oxígeno puro (O₂) para fines terapéuticos.
Lejos de ser un simple agente oxidante, su mecanismo de acción principal se basa en la inducción de un estrés oxidativo agudo, transitorio y controlado. Al entrar en contacto con los fluidos corporales, el ozono reacciona instantáneamente con lípidos, aminoácidos y otros sustratos biológicos, generando "mensajeros secundarios" clave como ozónidos, peróxido de hidrógeno y lipoperóxidos en concentraciones fisiológicas. Estas moléculas actúan como señales que desencadenan una cascada de respuestas biológicas adaptativas, cuyo resultado es la modulación del sistema inmune —potenciando su capacidad para combatir infecciones de forma sistémica—, la optimización del metabolismo del oxígeno —con mejora de la microcirculación—, y una regulación al alza de los sistemas antioxidantes endógenos, tales como la superóxido dismutasa (SOD), la catalasa y la glutatión peroxidasa (GPx).
Adicionalmente a este efecto sistémico, su aplicación tópica ejerce una doble acción fundamental: por un lado, una potente acción germicida directa de amplio espectro que lo hace altamente eficaz contra microorganismos patógenos y, por otro, la estimulación de factores de crecimiento que promueven la regeneración tisular, incluyendo la síntesis de colágeno y elastina.
Por tanto, la ozonoterapia moderna es una terapia biorreguladora que, aplicada de forma correcta, restablece la homeostasis y apoya los procesos fisiológicos de reparación y regeneración tisular, convirtiéndola en una herramienta terapéutica de alto impacto.
La ozonoterapia, lejos de ser una terapia novedosa, posee una rica historia de más de 150 años que entrelaza la química, la ingeniería y la medicina. Su evolución desde un simple descubrimiento olfativo hasta convertirse en una sofisticada herramienta terapéutica demuestra un legado de innovación y validación continua. Conocer sus hitos es fundamental para comprender su lugar en la medicina moderna.
El viaje comienza en 1840 con el químico germano-suizo Christian Friedrich Schönbein, quien mientras experimentaba con la electrólisis del agua, identificó un gas con un olor característico y penetrante, bautizándolo como "ozono" (del griego ozein, "oler"). El hito tecnológico llegó en 1857, cuando Werner von Siemens diseñó el primer generador de ozono por inducción, sentando las bases para su producción controlada. Inicialmente, su aplicación más reconocida fue como un potente desinfectante de agua, una práctica que se adoptó en varias ciudades europeas a finales de siglo y que probó su indiscutible poder germicida.
El viaje comienza en 1840 con el químico germano-suizo Christian Friedrich Schönbein, quien mientras experimentaba con la electrólisis del agua, identificó un gas con un olor característico y penetrante, bautizándolo como "ozono" (del griego ozein, "oler"). El hito tecnológico llegó en 1857, cuando Werner von Siemens diseñó el primer generador de ozono por inducción, sentando las bases para su producción controlada. Inicialmente, su aplicación más reconocida fue como un potente desinfectante de agua, una práctica que se adoptó en varias ciudades europeas a finales de siglo y que probó su indiscutible poder germicida.
Tras la guerra, la "escuela alemana" lideró la sistematización de la terapia. El físico Joachim Hänsler, junto con el médico Hans Wolff (sin relación con Albert Wolff), desarrollaron en los años 60 los primeros generadores de ozono medicinales modernos, capaces de producir mezclas de ozono-oxígeno con dosis exactas y seguras. Este avance fue crucial, pues transformó la ozonoterapia de una práctica empírica a un procedimiento médico controlable y reproducible. Durante este periodo se fundaron las primeras sociedades médicas de ozonoterapia en Alemania y se comenzaron a definir las principales vías de aplicación que se utilizan hasta hoy.
Si bien los efectos clínicos eran evidentes, los mecanismos bioquímicos subyacentes permanecieron poco claros durante décadas. La investigación del científico italiano, el Prof. Velio Bocci, a finales del siglo XX y principios del XXI, fue revolucionaria. Bocci y su equipo fueron los primeros en describir con detalle el concepto del "estrés oxidativo controlado" y el papel del ozono como un pro-fármaco que, al interactuar con los fluidos corporales, genera mensajeros secundarios que desencadenan las respuestas terapéuticas que hoy conocemos. Su trabajo proporcionó la sólida base científica que la ozonoterapia necesitaba para ser reconocida a nivel global.
Esta validación científica impulsó la creación de federaciones internacionales, como la WFOT (World Federation of Ozone Therapy), el ISCO3 (International Scientific Committee of Ozone Therapy), la ASPRO3 (Asociación de Profesionales en Ozono), la publicación de directrices internacionales, como la Declaración de Madrid sobre la Ozonoterapia, que estandariza las buenas prácticas y los rangos de dosis seguras para las diferentes aplicaciones, consolidando su estatus como una herramienta terapéutica rigurosa y de alto impacto.
La eficacia de la ozonoterapia en un espectro tan amplio de padecimientos no se debe a múltiples mecanismos aislados, sino a su capacidad para activar rutas metabólicas fundamentales y comunes a todos ellos. El ozono actúa como un modulador biológico que, a dosis terapéuticas, optimiza las respuestas innatas del organismo frente a la enfermedad y el daño. A continuación, se detallan los mecanismos de acción clave.
Cuando la mezcla de ozono-oxígeno entra en el organismo, no circula como ozono libre. Su acción es casi instantánea. Reacciona de inmediato con los ácidos grasos poliinsaturados (PUFAs) y antioxidantes presentes en el plasma y las membranas celulares. Esta reacción controlada genera un pulso breve de estrés oxidativo que produce un conjunto de moléculas mensajeras conocidas como Productos de la Oxidación Lipídica (LOPs). Los LOPs más importantes son los ozónidos, lipoperóxidos y el peróxido de hidrógeno (H₂O₂).
Estas moléculas, en concentraciones fisiológicas, no son dañinas; actúan como señales biológicas que se propagan por todo el cuerpo, desencadenando los efectos terapéuticos sistémicos.
Si quieres saber más sobre el estrés oxidativo, ve el siguiente artículo: ¿Qué es el estrés oxidativo y cómo nos afecta?
La cascada de señales iniciada por los LOPs se traduce en tres efectos interconectados de gran alcance:
El principal paradigma de la ozonoterapia. En pacientes con enfermedades crónico-degenerativas, existe un estrés oxidativo crónico que agota las defensas antioxidantes. El pulso de estrés oxidativo agudo y controlado del ozono actúa como una "vacuna antioxidante". Desencadena una regulación al alza (up-regulation) de los sistemas antioxidantes endógenos, principalmente las enzimas superóxido dismutasa (SOD), glutatión peroxidasa (GPx) y catalasa (CAT). Esto reequilibra la balanza redox, protegiendo a las células del daño crónico.
El ozono provoca un cambio medible en el metabolismo de los glóbulos rojos.
Aumento del 2,3-Difosfoglicerato (2,3-DPG): Esta molécula reduce la afinidad de la hemoglobina por el oxígeno, facilitando su liberación y entrega a los tejidos periféricos. Esto es crucial en zonas con isquemia o hipoxia.
Activación de la Glicólisis: Se acelera la tasa de glicólisis, lo que resulta en una mayor producción de ATP (la molécula de energía celular). El resultado neto es una mayor oxigenación y un aumento de la energía disponible a nivel celular, lo que potencia todos los procesos de reparación.
El ozono es un potente inmunomodulador, no un inmunoestimulante ni un inmunosupresor.
Acción Inmunomoduladora: Los LOPs, especialmente el H₂O₂, activan las células inmunitarias (monocitos, linfocitos T) y estimulan la producción de un espectro equilibrado de citoquinas. En estados de inmunosupresión, puede potenciar la respuesta; en enfermedades autoinmunes, tiende a regularla, atenuando las reacciones pro-inflamatorias exacerbadas.
Acción Germicida: Este es el mecanismo más antiguo y conocido. Por contacto directo (en aplicaciones tópicas o locales), el ozono destruye la membrana de bacterias, virus, hongos y protozoarios a través de la oxidación, sin generar resistencia. De forma sistémica, su efecto antimicrobiano es indirecto, mediado por la potenciación de la respuesta inmune.
Estos tres pilares —un sistema antioxidante fortalecido, una mejor entrega y uso del oxígeno, y un sistema inmune equilibrado— constituyen la vía fisiológica común que explica la eficacia de la ozonoterapia. Al optimizar estas funciones básicas, se crea un entorno biológico propicio para la resolución de la inflamación, la reparación de tejidos dañados (fracturas, heridas) y el restablecimiento de la homeostasis, justificando su aplicación en una amplia gama de especialidades médicas.
La versatilidad de los mecanismos de acción del ozono permite su integración como una valiosa herramienta coadyuvante en diversas disciplinas de la salud. Su capacidad para modular la inflamación, optimizar la oxigenación y actuar como un potente agente germicida y regenerador tisular abre un amplio abanico de posibilidades terapéuticas.
Imagen 1: La ozonoterapia es apta para los profesionales de la salud, ya sea del área de medicina humana, odontología o medicina veterinaria. Incluso llegan a trabajar en conjunto compartiendo sus experiencias y resultados para ser aplicados en otras áreas.
En la práctica clínica humana, la ozonoterapia se aplica para tratar padecimientos crónicos y agudos. Destaca en el manejo del dolor e inflamación en condiciones como la artrosis y hernias discales; en angiología, es fundamental para la recuperación de tejidos isquémicos en pie diabético y úlceras vasculares; y como modulador inmune, se utiliza de forma complementaria en enfermedades autoinmunes y síndromes de fatiga crónica.
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[Ozonoterapia como terapia complementaria en VIH]
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El campo odontológico se beneficia enormemente de la acción antimicrobiana y bioestimulante del ozono, favoreciendo una odontología mínimamente invasiva. Se emplea para la desinfección de conductos en endodoncia, el tratamiento de la periodontitis y la periimplantitis, así como para el exitoso blanqueamiento dental sin hipersensibilidad. Además, acelera la cicatrización y reduce la inflamación en procedimientos quirúrgicos.
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Las aplicaciones en veterinaria son un reflejo de su éxito en humanos, permitiendo tratar eficazmente a pequeños y grandes animales, a menudo reduciendo la dependencia de antibióticos. Es una herramienta clave para procesos artríticos y displasias en caninos, la resolución de dermatitis e infecciones de la piel de difícil cicatrización, y la mejora del rendimiento en animales de competencia. Su uso en otitis crónicas y mastitis bovina también está ampliamente documentado.
▸ Casos de éxito y protocolos en Veterinaria:
[Optimización y recuperación en caballos de carreras]
[Manejo complementario de la laminitis equina]
[Prevención y tratamiento de mastitis en ganado lechero]
Cada una de estas áreas posee protocolos específicos que serán detallados en nuestra sección de artículos especializados.
La versatilidad de la ozonoterapia se manifiesta en su amplio abanico de vías de aplicación. La selección de la ruta adecuada es una decisión clínica esencial, determinada por la patología y el objetivo terapéutico. A continuación, se clasifican las principales vías de administración según los estándares internacionales.
El objetivo de estas vías es inducir una respuesta en todo el organismo. Los mensajeros secundarios del ozono (LOPs) se distribuyen a través de la circulación para modular el sistema inmune, el balance redox y el metabolismo del oxígeno.
Autohemoterapia Mayor (AHTM): El método de referencia para efectos sistémicos. Se extrae sangre del paciente, se mezcla de forma extracorpórea con una dosis precisa de ozono y se reinfunde por vía intravenosa. Nota: La inyección directa de gas ozono por vía intravenosa está contraindicada conforme a la Declaración de Madrid.
Insuflación Rectal (IR): La alternativa más común y eficaz a la AHTM. La mezcla de ozono-oxígeno se administra a través de una sonda fina en el recto, donde es absorbida por la rica vasculatura de la mucosa del colon, para convertirse en LOPs y hacer lo que tiene que hacer.
Autohemoterapia Menor (AHTm): Utilizada principalmente como inmunomodulador (autovacuna). Una pequeña cantidad de sangre ozonizada se inyecta por vía intramuscular.
Intraperitoneal: Aplicación en la cavidad peritoneal, utilizada en contextos clínicos específicos para un efecto sistémico y local combinado.
Estas técnicas buscan concentrar el efecto del ozono en un área anatómica específica, aprovechando al máximo su poder germicida, analgésico, antiinflamatorio y regenerador.
Infiltraciones:
Intra-articular: Para tratar artrosis y artritis en articulaciones como rodilla, hombro o cadera.
Periarticular y Miofascial: Para tratar tendones, ligamentos y puntos gatillo musculares.
Paravertebral, Intraforaminal e Intradiscal: Técnicas avanzadas para el tratamiento de hernias discales y dolor de espalda.
Subcutánea e Intramuscular (local): Para celulitis, fibrosis y contracturas musculares.
Insuflaciones en Cavidades:
Vaginal, Vesical (vejiga) y Uretral: Para tratar infecciones crónicas y recurrentes.
Auricular/Ótica: Para otitis externas, especialmente las de origen bacteriano o fúngico.
Aplicaciones Tópicas y Especiales:
Bolsa de Ozono (Bagging): Aislamiento de una extremidad (ej. pie diabético, úlceras) para un tratamiento superficial intensivo.
Intralesional: Inyección directa en abscesos o lesiones para un efecto germicida localizado.
Agua y Aceite Ozonizados: Vehículos para la aplicación tópica del ozono en dermatología, odontología y ginecología.
La correcta selección y dominio de estas vías de aplicación permite al profesional de la salud abordar una gama de condiciones clínicas sorprendentemente amplia. Cada ruta terapéutica abre la puerta a protocolos específicos diseñados para modular procesos fisiológicos clave en diferentes patologías. Desde padecimientos osteoarticulares hasta enfermedades de origen infeccioso o metabólico, el potencial terapéutico es vasto. Explore la lista completa de padecimientos tratados con Ozonoterapia ➝
El ozono es un gas con notables efectos terapéuticos, pero su éxito y seguridad dependen directamente de su correcta aplicación. Es indispensable que el profesional de la salud cuente con la capacitación adecuada para administrarlo, siguiendo siempre los protocolos y principios fundamentales de la terapia.
Para garantizar la eficacia y seguridad del tratamiento, se deben seguir tres principios básicos:
Ante todo, no hacer daño.
Escalonar la dosis: Se debe comenzar con dosis bajas e incrementarlas lentamente según la respuesta del paciente. La excepción son las úlceras o heridas infectadas, donde el protocolo es inverso, comenzando con dosis altas para luego disminuirlas.
Aplicar la concentración necesaria: Es un error común pensar que mayores concentraciones de ozono son siempre mejores. Dosis iniciales demasiado elevadas pueden dañar los mecanismos antioxidantes celulares y agravar el cuadro clínico.
Además, es importante saber que las diversas vías de aplicación pueden usarse solas o combinadas para lograr un efecto sinérgico. La concentración de ozono puede variar de 1 a 80 µg/ml, y su elección dependerá de factores como el estado de estrés oxidativo del paciente, la vía de aplicación y la patología a tratar.
Imagen 2: Hay que ser profesional y conocer tanto los beneficios como las limitaciones de la ozonoterapia. Es importante capacitarse y estudiar.
Contraindicaciones Absolutas
Alergia al ozono
Anemia o desnutrición severa
Favismo (deficiencia de G6PD)
Hipertiroidismo no controlado
Trombocitopenia
Trastornos graves de la coagulación (Hemofilia)
Hemorragias recientes o activas
Infarto agudo de miocardio reciente
Intoxicación etílica aguda
Tendencia a espasmos mioclónicos o eclampsia
Enfermedades psíquicas
Tratamientos con anticoagulantes
Contraindicaciones Relativas
Hipotensión e hipertensión arterial
Dificultad para el acceso venoso
Contraindicaciones en Recién Nacidos
Descompensación hemodinámica
Hipocoagulación
La seguridad en la ozonoterapia se basa en respetar los límites de concentración para cada vía de aplicación.
Vía Inhalatoria: El ozono no debe ser inhalado en altas dosis por tiempo prolongado, ya que es tóxico para el delicado endotelio pulmonar. Su fuerte olor característico sirve como una alarma natural mucho antes de alcanzar concentraciones perjudiciales. La toxicidad inicia a partir de 0.12 ppm (0.06 ppm en neonatales).
Límites de Concentración por Vía:
Vía Sanguínea: No superar los 80 µg/ml. Concentraciones superiores incrementan el riesgo de hemólisis.
Vía Rectal: No superar los 40 µg/ml. (Excepción: Colitis ulcerativa, donde se puede iniciar hasta con 60 µg/ml).
Vía Intraarticular: No superar los 20 µg/ml.
Vía Tópica: No superar los 80 µg/ml ni más de 30 minutos de exposición.
Agua Ozonizada: No superar 1 ppm residual.
Manejo de Sobredosis
Vía Sistémica: En caso de sobreexposición, se debe administrar ácido ascórbico (Vitamina C) por vía intravenosa como antagonista.
Vía Inhalatoria: En caso de sobreexposición, se recomienda el consumo de Vitamina C por vía oral.
Imagen 3: La ozonoterapia puede ser extremadamente segura, siempre que un profesional de la salud capacitado en esta área la aplique. El ozono es tóxico si no se respetan los parámetros de seguridad. Es importante evaluar el nivel de estrés oxidativo del paciente previo a la aplicación de la ozonoterapia.
El estatus legal de la ozonoterapia es un campo en constante evolución. A nivel internacional, la Declaración de Madrid sobre la Ozonoterapia (cuya 4ª edición se proyecta para 2025) y las guías del Comité Científico Internacional de Ozonoterapia (ISCO3) han establecido un consenso global que define la terapia como un "acto médico" y estandariza las buenas prácticas clínicas. En México, el panorama es una combinación de avances estatales significativos y un marco federal en desarrollo.
En México, la práctica de la ozonoterapia ha ganado un importante reconocimiento y legitimidad en años recientes. A la fecha, estados como Nuevo León, Ciudad de México e Hidalgo han aprobado legislativamente su uso, sentando un precedente clave para una práctica médica responsable y regulada. Este avance refleja el creciente cuerpo de evidencia científica que respalda sus aplicaciones.
Es fundamental comprender que, a nivel federal, la ozonoterapia aún no cuenta con una regulación específica como especialidad. Esta es la razón por la cual ningún generador de ozono de uso médico fabricado en México posee un registro sanitario de COFEPRIS para la indicación de "ozonoterapia". La ausencia de este registro no se debe a una deficiencia en los equipos, sino a que la autoridad sanitaria no ha normado la terapia en sí misma. Actualmente, la actividad se clasifica bajo la clave SCIAN correspondiente.
A nivel federal, la ozonoterapia no está explícitamente integrada en la Ley General de Salud como una terapia establecida. Existen, y han existido, diversas iniciativas legislativas en el Congreso de la Unión que buscan su inclusión, lo que demuestra un interés constante en su formalización.
Esta falta de regulación específica a nivel federal para la práctica de la ozonoterapia a nivel federal tiene una consecuencia directa sobre los equipos: a la fecha, no existe una categoría específica de registro sanitario ante COFEPRIS para generadores de ozono de fabricación nacional destinados a esta terapia. La ausencia de este registro no se debe a una deficiencia en la calidad de los equipos mexicanos, sino a las lagunas en una normativa que aún no contempla la terapia en sí misma. Actualmente, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) supervisa establecimientos bajo la categoría de "Medicina Regenerativa", lo que puede ser una vía indirecta para la operación de clínicas, pero no regula la práctica de la ozonoterapia directamente.
Aun en ausencia de una norma federal específica para la ozonoterapia, el profesional de la salud no opera en un vacío legal. La propia Ley General de Salud, junto con principios éticos internacionales, ofrece un sólido marco de actuación. Es crucial diferenciar entre la investigación formal y la aplicación terapéutica en la práctica diaria.
Artículo 103: El Amparo Directo al Acto Médico Clínico
Este es el artículo fundamental que faculta y protege al médico en su práctica cotidiana. Textualmente, permite al profesional utilizar "recursos terapéuticos o de diagnóstico bajo investigación" siempre que se cumplan tres condiciones clave en beneficio del paciente:
1. Exista una posibilidad fundada de salvar la vida.
2. Exista la posibilidad de restablecer la salud.
3. Exista la posibilidad de disminuir el sufrimiento.
El requisito indispensable para el médico es contar con el consentimiento informado por escrito del paciente o su representante legal.
Este artículo es el pilar que ampara legalmente al médico en su decisión de aplicar la ozonoterapia dentro de su consultorio, ya que la utiliza como un recurso terapéutico enfocado directamente en el bienestar de un paciente específico, y no como parte de un estudio de investigación a gran escala.
Artículo 102: El Marco para la Investigación Formal y Protocolizada
Por otro lado, el Artículo 102 regula un escenario distinto: el desarrollo de proyectos de investigación formales con fines preventivos, terapéuticos o de rehabilitación. Este artículo establece el proceso burocrático que un investigador o institución debe seguir para obtener una autorización de la Secretaría de Salud, lo cual requiere presentar una solicitud por escrito, protocolos de investigación, información farmacológica y la carta de aceptación de la institución donde se realizará el estudio.
La distinción es clara: mientras el Artículo 102 se refiere al papeleo y la autorización para estudios científicos formales, el Artículo 103 protege el juicio clínico y la decisión terapéutica del médico en el tratamiento individual de sus pacientes.
Este marco legal, sumado a las aprobaciones ya existentes a nivel estatal y a los estándares internacionales, proporciona una base sólida para la práctica ética y responsable de la ozonoterapia en México.
En definitiva, la aplicación de la ozonoterapia en México se ejerce como un "acto médico", respaldado por un marco legal y ético cada vez más sólido. Con el reconocimiento explícito en las leyes de salud de varios estados, el amparo del Artículo 103 de la Ley General de Salud para el uso de nuevos recursos terapéuticos, y la guía de principios éticos internacionales como la Declaración de Helsinki, el profesional actúa sobre una base firme.
Este marco legal pone la responsabilidad de una práctica segura y eficaz directamente en manos del profesional de la salud. Para cumplir con esta responsabilidad y proteger tanto al paciente como a su propia práctica, dos pilares son indispensables:
Formación y Capacitación Certificada: Contar con el entrenamiento adecuado, avalado por las autoridades educativas competentes.
Uso de Equipamiento de Grado Médico: Utilizar generadores de ozono que cumplan con los más altos estándares internacionales de seguridad, precisión y fabricación, como los definidos por el ISCO3 y la norma ISO 13485.
Cumplir con este segundo pilar es fundamental, y a continuación, exploraremos los requisitos que todo generador de ozono de grado médico debe satisfacer para garantizar una terapia segura y eficaz.
La elección de un generador de ozono es la decisión más importante para un profesional de la salud. La precisión, seguridad y fiabilidad del equipo impactan directamente en la seguridad del paciente y en la eficacia de cada tratamiento. Un generador de ozono no es un producto cualquiera, es el corazón de su práctica y debe adherirse a los más altos estándares de calidad.
El Comité Científico Internacional de Ozonoterapia (ISCO3) ha establecido directrices claras sobre las características que todo generador de ozono de grado médico debe poseer para una práctica segura. Estos no son sugerencias, son los requisitos mínimos indispensables.
Fuente de Oxígeno Puro: El equipo debe generar ozono utilizando exclusivamente Oxígeno Medicinal (pureza ≥99.5%). Los generadores que usan aire ambiental o concentradores de oxígeno no califican para uso en ozonoterapia.
Precisión y Rango Terapéutico: Debe ser capaz de generar un rango de concentraciones de 5 a 80 µg/ml, con un margen de error no superior al 10%.
Materiales de Alta Pureza: Todos los componentes en contacto con el gas (celdas, tuberías, conectores) deben ser de materiales altamente resistentes al ozono como el acero inoxidable 316, cuarzo, Teflón (PTFE) o Kynar.
Seguridad y Conectividad: Es fundamental que cuente con un puerto de jeringa seguro tipo Luer-Lock que impida fugas y un sistema de protección anti-retorno para evitar contaminación o daños al equipo.
En Ozono Carbar's, no solo cumplimos con cada uno de los requisitos indispensables del ISCO3, sino que los hemos superado para ofrecer tecnología de vanguardia fabricada en México.
Nuestros equipos se fabrican bajo la estricta certificación ISO 13485:2016, la norma internacional para la fabricación de dispositivos médicos, siendo únicos en América en lograr esta certificación como fabricantes. Esto garantiza un control de calidad total en cada componente.
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Tecnología HF y COOL-3: Para una generación de ozono ultra precisa, estable y rápida, superando el rango estándar con equipos como nuestro modelo Elite, que alcanza hasta 110 µg/ml con una precisión del +/-2%.
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Entendemos que el mejor equipo del mundo solo es efectivo en manos expertas. Por ello, hemos forjado una alianza estratégica con la Asociación de Profesionales en Ozono A.C. (ASPRO3), la organización líder en la formación de ozonoterapeutas en México.
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La decisión correcta en su equipo de ozonoterapia es una inversión en la seguridad de sus pacientes y en el prestigio de su práctica clínica.
"Realizo bloqueos, infiltraciones y PRP"
"El año 2016 tomé mi primer curso de ozonoterapia con ASPRO3 y Ozono Carbar’s, ahí empiezo a descubrir todas las virtudes del buen uso del ozono. Ahora realizo múltiples bloqueos, infiltraciones, uso del plasma rico en plaquetas ozonizado, etc. Actualmente, en la práctica privada, mis pacientes están muy contentos y satisfechos con la mejoría que les puedo brindar."
- Dr. Juan Carlos Chero Cabrera
Médico Anestesiólogo
Perú
"Mi sorpresa fue mucho mayor"
"Me inicié en cursos de ozonoterapia en 2010, sin embargo, como muchos de ustedes, me mostré escéptica. En 2015 por cuestiones de salud, acepté que me tratarán con terapia neural, ya que no mejoraba con medicina alópata, me sorprendió el resultado y esto me permitió cambiar mi visión hacia otras terapias entre ellas el ozono. En la capacitación impartida por ASPRO3 y Ozono Carbar’s en 2016 me aplicaron OZONO, y mi sorpresa fue mucho mayor; a partir de allí adopté esta terapia complementaria a mis tratamientos, por supuesto, con excelentes resultados en mis pacientes, familiares y amigos. El curso impartido por ASPRO3 y Ozono Carbar’s enriqueció mis conocimientos en esta área animándome a aplicarla. Actualmente, la aplico a casi todos mis pacientes en diferentes vías y, reitero, con magníficos resultados."
- Dra. Claudia Chávez
Médico Cirujano
México
"Cambió mi panorama profesional"
"Me dedico a la medicina del deporte y quiero contarte la experiencia que tuve con el equipo de ASPRO3.
Realicé el curso en 2018 de capacitación y teórico-práctico, el cual para mí revoluciono gran parte de mi percepción sobre le manejo de la ozonoterapia.
Yo anteriormente ya manejaba terapias empíricamente con ozono, capacitado inclusive por institutos internacionales y la verdad que a partir de que yo hago mi curso con ASPRO3 se cambió mucho mi panorama profesional.
Los conocimientos teóricos y prácticos fueron muy bien desarrollados por los ponentes."
- Dr. Alejandro Arroyo
Médico Quirofísico
México
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